domingo, 5 de julio de 2009

Síndrome de Estocolmo

Hace una semana exactamente que me despierto de noche. Mucho. Empezó con una tímida vez que pudo solucionarse con mimos de mamá. Gradualmente las demás noches fui incrementando mis despertadas, hasta llegar a ayer que claramente no pegué un ojo en toda la noche.

Mis motivos son varios. Pero como tengo un año, se supone que no se los tengo que explicar yo, así que durante el día que estoy más fresquito que una lechuga, me entretengo oyendo las hipótesis de todos sobre mi desvelo:
a) Hipótesis 1: pesadillas.
b) Hipótesis 2: los dientes (son un comodín, ante la duda: los dientes otra vez!!!).
c) Hipótesis 3: angustia nocturna.
d) Hipótesis 4: extraño el jardín (ya hace una semana que no voy por prevención, y recién ahora empiezan las 4 semanas de receso obligatorio por la porcina...)
e) Hipótesis 5: la tos (lloro porque tengo tos y porque tengo tos lloro)

Frío, caliente, tibio... ni pienso decirles.
Lo que me queda clarísimo es que como de día estoy perfecto y de noche me pongo como loco (algo así como Dr. Jeckyll y Mr. Hyde), la solución más segura a mis problemas es viajar a Estocolomo y mato dos pájaros de un tiro: no veo la luz de la noche por un tiempo largo y vuelvo a jugar con Lucio que ya lo estoy extrañando mucho (además, está por recibir a su hermanita en unos días así que claramente me necesita para dispersarse, cuánto hace que no nos vemos, amigo!).



En fin. No les dije por qué me pasa lo que me pasa pero les tiré una posible solución con toda la onda. No se quejen si seguimos con las ojeras por el piso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que lindo post chicos! gracias!pero espero que a feli se le pase pronto el tema de su no poder dormir! o bien no les va a quedar otra que venir a visitarnos!!!!
los queremos!