viernes, 17 de julio de 2009

¡Primos para tirar al techo!

Todo comenzó la semana anterior cuando directo de Montevideo, llegó mi prima menor, la benjamina de la familia, a hacer su presentación formal y a entrar al reino de Dios por la puerta grande.

Nos vimos, jugamos un montón (no con ella, sino con mis otros primos, sus hermanos y mis primos locales que ya son figurita repetida) y mamá me la presentó... me divirtió ver un proyecto de humano tan diminuto como ella... y tan... tan... tan... ROSA!!! Por qué mi prima es completamente rosa? y no hablo de su ropa, no no no... hablo de toda ella... es tan chiquita como rosa. Yo sabía que las razas eran blanca, amarilla y negra... pero rosa? será ese el primer mérito de Heidi? dar comienzo a una nueva raza?



En fin. No lo sé. La cuestión es que gripe porcina de por medio, también compartimos su bautismo y un par de asados que ni les cuento. Yo corrí como nunca persiguiendo a mis primos que juegan una versión libre de la escondida siempre de la mano de Jose, a la que conmigo le brotan los instintos maternales.

Mateo por su parte se divertía asustandome, y yo me divertía haciéndome el asustado. Y Toto, como siempre, es un gran compañero de juegos... aunque confieso que por la cercanía de edad, esta vez estuvo bastante con Sophie, pero me la banco, no soy celoso.

Ah! y Tiago nunca largó los autitos, así que cuando no sabías donde estaba, sólo tenías que mirar a un rincón y ahí lo veías arrastrando las ruedas para adelante y para tras. (Te entiendo primo, todos tenemos nuestros vicios. El mío es dormir con 4 chupetes, ponérmelos y sacármelos continuamente hasta que me quedo frito.)

Fue una semana linda. Brotaron primos de todos lados.
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Pero al final nadie me explicó por qué Heidi es de color rosa.

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