El otro día pensé que Maru Botana había entrado en el cuerpo de mamá cuando la ví poniendo agua y harina en un bowl.
Me ilusioné. Pensé que se venía una torta deliciosa o algún muffin exquisito.
Pero no.
Resulta que hace unos días me puso a jugar con unas plastilinas que me regaló Maine. Como la cosa se estaba complicando porque mis intenciones venían por el lado de la "ingestión" más que de la diversión, no se le ocurrió mejor idea que dármelas sin abrir... es decir, envueltas en su pack de plástico. Total, las podía aplastar igual.
Un rato jugué. Pero así, todas envueltas, eran como raras.
Así que después me pareció más interesante analizar qué cuernos era lo que me había dado mamá...
Y así estuve un buen rato. Pero no hinchen, para jugar de verdad con esto, tengo que desenvolverlo!!
La cuestión, es que mamá sacó como conclusión que todavía no me llegó el momento de las plastilinas pero que con una buena masa "home made" y por las dudas, comestible, la iba a pasar bomba.
Y efectivamente así fue.
Al otro día, se convirtió en Maru Botana y se puso a amasar... Sólo para jugar, pero estuvo buenísimo. Me vistió de plástico y ya estaba listo para poner las manos en la masa!!!!
Jugué, aplasté, metí los dedos, hice formitas, estiré, corté, volví a juntar...
Y sí, también algo de masa me comí. No les voy a mentir.
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