Las panzas eran iguales: crecían, crecían y crecían y era obvio que cuando uno llegara, el otro iba a estar pidiendo pista en breve. Y así fue: mi prima Heidi nació ayer al mediodía, sin problemas, como quien hace un trámite nomás y me desterró el lugar de Benjamín de la familia. De la misma manera, unas horitas más tarde, y hablando de Benjamines, llegó Benjamín que ya que estamos les digo que de "Benjamín no tiene nada". Pesó casi 4,500 kgs. mientras que Heidi, en sus 49 cms ostentaba unos delicados 3,100 kgs.
Todos contentos, todos felices. Dos peques nuevos quisieron venir a poblar este mundo. Y Ya llegaron, qué rápido pasó todo.
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