lunes, 27 de diciembre de 2010

¡FELIZ NAVIDAD!

24 y 25 como ya es un clásico, nos fuimos a "la caza de la abuela con plantaz" tal como es mi descripción, y esperamos al "cumpeanios de Jeshus"... claro, en esta racha tan cumpleañera, hasta Jesús viene a cumplir años... era previsible.

Cuestión que nos pusimos beios, muy beios, fuimos a misa (sí, a misa, mi abuelo Carlos estaba inflado de orgullo con todos sus ñietos en primera fila) comimos rico, Catalina para asombro de todos se durmió y ni chistó con los fuegos artificiales, cosa que sí asustó (y mucho) a mi primo Toto. Esperamos un rato y finalmente, Papá Noel se hizo presente.



Aguantamos lo más que pudimos pero al final, mis primos y yo hicimos una especie de campamento en el living de la abuela y nos quedamos dormidos sobre los almohadones. Bueno, yo, no tanto, me desperté para reclamar unas deliciosas frutillas y después mamá me pasó a mi cuna y ahí sí, me entregué a los brazos de morfeo.

El 25 hubo pileta y mucho sol. Y saben qué? Papá Noel siguió entregando regalos. En la casa de la abuela Kuki, nos encontramos con Andrea, Carlos, Chiche e Ismael y siguió la repartija (Andrea, pasá las fotos!!!)

Como hacía mucho calor, nos volvimos a la casa de la abu con plantaz y nos quedamos hasta el domingo. And??? Guess what???? Nos encontramos en casa con Fer y Marieu y siguieron los regalos para Cata y para mí.



Estuvo genial. Qué buen fin de semana. Lo repetimos cuando quieran.

¡Feliz Navidad para todos!











lunes, 20 de diciembre de 2010

Mi árbol

Desde que nació mi primo Mateo, plantamos en lo de mis abuelos, un árbol por cada nieto. Resulta que como soy la más chiquita, estaba acéfala de árbol, así que compramos uno y papá lo plantó.
Felipe tiene un limonero re copado. Este no sé bien qué es, y frutos tampoco da... pero bueno, es lindo. Qué se yo. Época rara para plantar cosas es ésta según mi padre.
El otro día con el tormentón se cayó para un costado, pero mi abuelo le puso un palo y lo resucitó. Menos mal. Se cree mil ahora que resucita vegetales.
Cuestión que si el clima lo permite, tendré mi árbol como mi hermano y mis primos. Así crece a medida que voy creciendo yo.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Enanito de jardín

Terminaron las clases. Parece mentira pero ya estoy con un pie en sala de 3.

Pero antes de adentrarnos en las vacaciones y el año que viene, cerramos el año a todo trapo en el jardín. Nos disfrazamos de enanitos (los varones) y las nenas de princesas y contamos nuestra historia preferida a todos los mamás y papás del colegio.

Les cuento algunas internas:

1) Lalo no quiso ponerse el disfraz. No hubo forma. Y miren que lo sobornaron con chupetines, ver tele, dormir con su mamá y su papá... en fin... una pena. A mí con el chupetín ya me hubieran comprado. Pero bueno, lo mío fue más fácil: nada de ser disfrazado por mamá y papá, con Anita sí. Y llegué al jardín y me disfrazó Anita. Listo el pollo. Fin del problema. Ah! eso sí, todo bien con el disfraz pero no acepté bajo ningún concepto el gorro de los enanos. No me gustaba. Me quedaba demasiado copetudo y me hacía la cara de galleta. No a lugar. Fuera ese copete colorado.

2) Nacho se vomitó todo antes de hacer nuestro mega show. Pánico escénico le dicen. Y no hubo caso. Un enanito menos.
3) Gaby se fue a vivir lejos, muy lejos. Así que ya no estaba para el acto. Otro enanito menos.

4) En conclusión: éramos 4 los enanitos, pero teníamos toda la onda.

5) Simona se fue de boca mirando a otros chicos actuar y se machucó toda la frente. Pobre, no sé qué quiso hacer, se fue para adelante y cayó sin resorte. ¿No se supone que uno pone las manos al tocar el piso? No entiendo, le habrán fallado los reflejos.

6) Yo les bailé mi parte a toda la familia durante los días de ensayo y casi que se la sabían toda. Es que me re copé con el personaje y todavía hoy sigo gritando ¡Ay Houuuuuuu! como los enanos del cuento.

7) Toto y Mía se bailaron todo. Ay esos dos... para mí que hay onda.

El acto fue todo un éxito y no paré de disfrutarlo ni un segundo. Creo que es hora de que mis padres empiecen a explotar mi veta artística.