martes, 14 de junio de 2011

Peques apestados

Hay mucha peste dando vuelta. Origen desconocido. Bah, no taaaaaaan desconocido. Mi hermano va al jardín y vuelve "acompañado" seguramente, como dice mamá, por esos bichitos que no se ven. Cuestión que primero cayó él con otitis (una semana en casa) después caí yo con laringitis (una semana sin salir de casa) después volvió a caer él con un virus simple, tranquilo, pero que lo tuvo a mal traer por una fiebre loca que no terminaba de irse (otra semanita más en casa) por suerte sin anitbiótico y después, caí yo, nuevamente pero esta vez la peste duplicó la apuesta: neumonía.


En fin...

En estas fotos pueden vernos en plena acción: papá me tienta con Baby Einstein a ver si me quedo tranqui unos diez minutos y a Feli lo ponen al lado de Toto (que viene a ser su Baby Einstein familiar) y luego de eso, en la foto brumosa donde me ven solita, no quería contarles que me fui de viaje a Londres, sino que me encerraron en la cocina a hacerme baños de vapor intenso a falta de un termotanque power que me permita hacerlos en el baño.



¿Conclusión? Colapsó la cocina y se cayeron unos azulejitos de arriba. Pero bueno. Mis pulmones están liberando mocos. Eso bien vale una lluvia interna de azulejitos. Sólo es cuestión de esquivar como corresponde el cerámico volador y ya estás apto para entrar en mi cocina.

Y bue... será de Dios que llega mi primer invierno fuera de la panza y me da esta clase de bienvenida!! Pero yo sé que es así. Feli también tuvo su momento de entrada sistemática a la guardia del hospital. Todo pasa. Como el invierno, mis mocos se irán en algún momento. Definitivamente antes que un buen sweater, en invierno tenés que tener a mano un buen nebulizador. Mi primera gran lección de vida.

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