Yo no tuve más remedio que aislarme en mi cuarto primero y en mi cuna después, temiendo que me metieran por error en una mega bolsa de consorcio con destino solidario. Fue un tema lisa y llanamente de autopreservación.
De esta manera, dimos por iniciada oficialmente la estación estival y sacamos a relucir remeras, polleritas, adornos florales, ojotas y demás.
Pero después de eso, teníamos toda la tarde por delante para divertirnos. Y eso hicimos!!! Nos fuimos al zoo y vimos de todo. Pude ver en vivo y en directo a los animales que me encanta imitar. Los zoo... nidos del gallo, la vaca, el perro y el gato, los tengo clarísimos. Y otros, que tengo que aprender. Incluimos obviamente la catarata de escalones que escalé (valga la redundancia) y las columnas sobre las que giré y giré a manera de calesita hasta quedar completamente mareado.
Lo que más me gustó:
1) el elefante (puesto número uno, sin duda)
2) el oso saludador
3) los escalones
4) las liebres chiquititas que tomaban la teta
5) las suricatas
Lo que menos me gustó:
¡que me sacaran de los escalones todo el tiempo! puuuffff dios!!! qué padres!!! me gusta subir y bajar, bajar y subir, así podría estar todo el día!!!! por qué no me dejan hacerlo y listo!?!?!?!?!
Buen programa de sábado por la tarde se les ocurrió padres. Congrats. Y bueno, después de todo, me lo merecía con lo bien que me porté a la mañana esquivando sweaters, pantalones, poleras y botas altas, no?
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